España 2000 al descubierto

¿Inmigración?¿Prostitución?¿L@s español@s primero? El partido del empresario José Luis Roberto al descubierto.Pasen y vean...

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PROSTIBULANDIA (Anibal Malvar)


El número de prostitutos y prostitutas de España ya duplica al de médicos ejercientes. 350.000 personas venden su cuerpo en locales de alterne, pisos, aparcamientos y carreteras. Una actividad que, según el Ministerio de Hacienda, genera 18.000 millones de euros anuales. Resumiendo: los españoles gastan en sexo el 40% de lo que el Estado invierte en educación.
CRONICA visitó el mayor prostíbulo del país en una época en la que el sector está mucho más caliente de lo habitual ante los intentos de regulación que han emprendido comunidades como Cataluña y Valencia, y que sin duda se extenderá en breve al resto de España. Porque España es el gran burdel de Europa. Con los alemanes, somos los europeos que más sexo consumimos. Con la diferencia de que el número de prostitutas de la Germania es idéntico al español para una población que casi dobla la nuestra.
-Hola, Papichulo. Hoy estoy teniendo mucha mala suerte. Esta noche nadie quiere subir conmigo, ¿sabes?
-Es normal, Jasmine -miro a las otras-. La competencia es fuerte.
Jasmine trabaja en el mayor burdel de España. Lady s Dallas no es precisamente un palacio lujoso. A tres kilómetros de La Jonquera (Girona), en la Nacional II, se encuentra este paraíso de la androsterona tras un aparcamiento poco menor que un campo de fútbol de Regional Preferente. Nueve de la tarde del miércoles, juegan el Barcelona y el Chelsea y hay media docena de camiones y más de 40 turismos aparcados frente al club. Que es club, restaurante y hotel de carretera. Jordi, el encargado, siempre está ausente o durmiendo, a veces ambas cosas a la vez, según quien responda al periodista que lo busca durante dos días sin éxito.
-A estos negocios no les interesan las primeras páginas -dice Luis, encargado, 30 años en el negocio, recién levantado a las seis de la tarde y desayunando jamón, que corta él mismo con su cuchillo jamonero.
-Me gustaría hablar con él para que me hable de la nueva ley que están preparando.
-A estos negocios no les interesan ni la publicidad ni las leyes nuevas -dice muy educadamente desde detrás de su barba de tres días-. Jordi no va a hablar contigo.
Más de una decena de borradores se han elaborado ya de la ley que la Consejería de Interior de la Generalitat catalana intentará aprobar en junio. Y que, entre otras cosas, acabará con locales como el Dallas, al limitar a 50 el número de prostitutas que puedan servir en cada antro. «A estos negocios no les interesan las leyes nuevas». Que pretenden acabar con los grandes supermercados del sexo; eliminar la prostitución callejera; y elaborar un censo de profesionales que permita controles sanitarios y equiparar la profesión más antigua del mundo a cualquier otra, con su Seguridad Social, sus contribuciones a Hacienda y su jubilación.
Si España es el gran burdel de Europa, L Alt Empordá es un inmenso prostíbulo al noreste de esta gran casa de niñas nacional. En 15 kilómetros a la redonda de Figueres, más de una veintena de locales de grandes dimensiones dan servicio a los más de 8.000 camioneros -clientes preferentes- que cada día cruzan la frontera hispano-francesa. La Jonquera es un continuo ir y venir de taxis con chicas poco preparadas textilmente para el invierno. Como Valet, rumana de Bucarest, 20 años declarados pero pueden ser menos, bella como un ángel moreno, irresistible en la pista de baile con su tanguita y su camiseta que se le ajusta a los pechos núbiles. Habrá unas 50 lumis en la pista. Valet es de las más puritanas. Otras se conforman con el tanga y un sostén mínimo de broche fácil. O sin él. Ciento cincuenta babosos bizqueamos detrás de la copa. ¿La música? Qué sabe nadie. Nadie se fija en la música.
Ateniéndose a las estadísticas, el 70% de las 200 chicas del Dallas está en España en situación ilegal. Valet, la rumana veinteañera, dice que llegó hace dos semanas. Pero ya se entiende respetablemente bien el castellano. Es una chica culta. Y se nota. Dice que ha estudiado graduado social. Que tiene un novio. Y un padre que trabajó en la Skol hasta que lo echaron. Y una madre. Y unos hermanos.
-¿Saben ellos lo que haces aquí?
-Mi novio sí...
-¿Y no le importa?
-Sííííí le importa -responde con orgullo.
Los mantiene. Según la Asociación Nacional de Lugares de Alterne (Anela), las chicas de club levantan mensualmente entre 6.000 y 20.000 euros. Y la cifra no es disparatada. En Dallas, mientras el periodista bebe un whisky, cuatro hombres por minuto cruzan la puerta hacia las habitaciones (el macroburdel tiene al menos 50, el periodista subirá con Valet a la 49) acompañados por su valkiria.
-¿Cuántos chicos te haces tú al día, Valet?
-No sé...
-Pero dime más o menos. ¿Diez?
-Noooo -contesta ofendida.
El periodista cree que se ha pasado de promiscuo. Pero ha visto una rubiaza entrar en menos de una hora dos veces con dos tíos distintos.
-Los buenos días, veinte hombres... Menos... Dieci...
Con las manos extiende primero cinco dedos y después ocho. A entre 50 y 70 euros la pieza, dependiendo de si el chico les gusta más o menos. A mí me pide 60, que soy feo.
-Es mucho para mí, Valet. Yo soy pobre.
-Cincuenta.
-Cincuenta -acuerda enseguida.
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, se comprometió a principio de legislatura a enfrentarse a las mafias ofreciendo a las prostitutas una renta de reinserción de 432 euros semanales. José Luis Roberto, jefe de los servicios jurídicos de Anela, se ríe con ganas: «Mira tú al Caldera, ho, ho, ho. A ver qué chica se va por esa pasta de un club».
-Valet, pero 20 son muchos tíos. ¿Te gusta?
-Me gustas tú.
-No, contesta. ¿Te gusta?
Valet se da la vuelta.
-Me gusta el dinero. ¿Entiendes? El dinero. Y tú. ¿No te gusto?
La nueva legislación catalana pretende que sólo se pueda practicar la prostitución en clubes. Con chicas legales. Que coticen. Si Valet se hace una media de 15 hombres al día durante 20 días al mes, sus ingresos llegan a 15.000 euros al mes. Menos 1.650 euros de alquiler de habitación con pensión completa (55 euros diarios). Una chica cobra 300 euros por pasar la noche. Las más exuberantes piden hasta 700 más la habitación de hotel.
Atravieso de la mano de Valet la «salida de emergencia» que hay entre los dos baños. Un pasillo. Un vestidor con taquillas se queda a la derecha, donde se entrevé a tres chicas recién duchadas que se visten un poquito. Sólo un poquito. Y llegamos a la taquilla de Mami. Todos los encargados del hotel son Papi, Papichulo, o Mami. En la garita de Mami, a Valet le toman la huella digital con un pequeño ratoncito rojo de película de espías y nos asignan una habitación. La número 49.
-Dáme cinco euros.
Es lo que cuesta el pack/polvo: rollos de papel de cocina, una sábana de celulosa y un preservativo en una bolsa muy apañada.Subimos unas escaleras hacia la 49. En cada piso hay una Mami que vela por la limpieza. Con regular resultado. En España hay 2.000 locales de carretera como el Dallas. Apenas 200 han pedido las nuevas licencias que reconoce la Administración. En general están registrados como hoteles o disco-pubs. La normativa que prepara la Generalitat pretende reducir su aforo a 50 chicas y 50 camas. José Luis Roberto, de Anela, lo considera una barbaridad: «Los macrolocales dan más servicios. Pero no sólo a los clientes, también a las chicas. Cuanto más poder económico tenga un local, mejor podrá atender las necesidades de ellas». El Dallas, por ejemplo, mantiene seis guardias de seguridad protegiendo a las chicas. Cuatro cámaras vigilan el exterior. La huella digital de la entrada impide que se cuelen intrusas. Pero los hay que van más allá.
A tres kilómetros del Dallas está el Madam s, otro macroclub que intenta convertirse en el modelo a seguir en la deriva hacia la legalización del comercio carnal en España. Patricio Grant Ferrón, argentino de 40 años, lo dirige. Lleva 21 en España, después de un breve paso por Nueva York, y ha dedicado toda su vida a la noche. Tiene en nómina a 120 mujeres -es otro de los más grandes de España-, de las cuales la mitad vive en las instalaciones del antiguo Hotel La Mercé. Además del bajo del edificio, que se divide entre la discoteca y un elegante restaurante decorado de ruralidad catalana, tiene cuatro plantas: dos para el trabajo, y otras dos para las habitaciones particulares de las chicas.
Patricio es un proxeneta moderno y culto: «El Madam s tiene listas de espera porque es el club más decente de España». Las listas de espera no son de clientes, por supuesto. Treinta y seis prostitutas han apuntado su nombre para acogerse a la hospitalidad de esta casa de lenocinio. Entre otras novedades, Patricio ofrece a sus chicas gimnasio y la atención semanal de una psicóloga (además de los análisis médicos todos los jueves). Y protección: cuatro seguratas y un detector de metales en la puerta. Y cuando alguna mafia viene reclamando a una de las chicas, echa mano de sus contactos entre los Mossos d Esquadra. Se llamaba Claudia, 24 años, y vinieron a buscarla cuatro matones rumanos hace ocho meses:
-No sabes con quién te metes. Os vamos a matar.
Dos meses más tarde estaban detenidos. Y es que sólo los 100 locales asociados a Anela han contribuido con sus denuncias a desmantelar 45 mafias de tráfico carnal en España.
Además, Patricio presume de dar trabajo a 32 personas entre personal de seguridad, mantenimiento, limpieza y camareros. También tendrá que cerrar si entra en vigor el borrador de ley: «Yo no tengo problema. Despido a 70 chicas y ya está. ¿Pero ellas?». Ahora prepara un libro en colaboración con algunas de las chicas. Pero no es su única veleidad artística: ha producido, escrito y dirigido dos películas porno, Hor Madam s y Somos chicas de club.
Más o menos está de acuerdo con Anela en sus alabanzas y críticas a la futura ley. Aplaude que la práctica de la prostitución se limite a clubes regulados; que la relación propietario/Venus sea contractual de alquiler de instalaciones; que se cense a las niñas y que se prohíban cerca de colegios y lugares de culto, aunque esto último con reservas: «A ver cómo lo hacen. ¿Y los derechos adquiridos de los locales que llevan años...?».
Deploran que se establezca una distancia de 250 metros entre local y local; que se limite el horario de apertura a ocho horas cinco días a la semana; que haya un número máximo de chicas por burdel...
En todo caso, la regulación no ha tenido demasiada trascendencia en el resto de países europeos donde se ha aplicado: Alemania teme ahora los efectos del Mundial de Fútbol con la llegada de 30.000 prostitutas ilegales dispuestas a hacer calle en las inmediaciones de los estadios. Junto al Olímpico de Berlín, se está erigiendo hoy el club Artemis, el más grande de Europa, con capacidad para atender a 600 clientes simultáneamente, informa desde Berlín Silvia Román. Y la secretaria de Cultura y Deportes del Reino Unido, Tessa Jowell, remitió una carta al seleccionador británico, Sven Goran Eriksson, para que el combinado nacional proteja en Alemania «a las mujeres de toda explotación», relata desde Londres Adrian Sack.
Valet no sabe nada de esto. Entra en la habitación y desenrolla sus trastos. Se quita la ropa. Es una más de las miles de rumanas que están invadiendo los clubes. El 70% de las que llegan son ya de Europa del Este; un 25% sudamericanas; el resto, españolas, aunque éstas prefieren instalarse en pisos de masaje y relax (como la mayoría de las sin papeles: la imposibilidad de violar domicilios las protege de la policía).
-¿No te gusto?
Valet se ha desnudado sin avisar. Le doy 50 euros.
-¿Cuánto le das a la casa?
-No, esto es para mí. Todo.
Eso dicen también los empresarios. Ya no hay porcentajes, como antaño. Sólo alquileres.
-No te gusto -ahora afirma.
-Sí, pero no puedo.
-No pasa nada. ¿Me das un masaje? Estoy cansada.
Le doy el masaje y pregunto.
-¿Quién te trajo aquí?
-Cállate.
-¿Alguna amiga te dijo que esto existía? ¿O te trajo hasta aquí alguien? -insisto intentando desarticular mafias u otras canalladas.
-Que te calles, por favor.
La media hora de Valet dura 20 minutos. Y eso que ha sido el masajista el que ha hecho el servicio.
-Un poco más, Valet.
-No. Tengo que trabajar.